Comunidades de la parroquia

San Francisco de Cajas

Eugenio Espejo de Cajas

Históricamente los abuelos tuvieron acceso a la tierra de la hacienda San Agustín y la compañía – Apangora, en condición de yanaperos, huasipungueros y partidarios. La gente trabajadora Vivian en pequeñas chozas de paja conjuntamente con los padres. La familia era obligada a trabajar en la hacienda a punte juete. Todos estos abusos llego a su fin en la época en que la hacienda San Agustín de propiedad de la Junta Central de Asistencia Social es intervenida por el IERAC en 1969.

Estas tierras de la hacienda San Agustín compraron con el financiamiento del Banco de la Vivienda, para vender el IERAC, organizo en cooperativas (Mariscal Sucre, Mojanda, Eugenio Espejo y Naciones Unidas Nº, este último conformada por la gente de González, todos los tramites estuvo a cargo de los funcionarios del IERAC.

La comunidad Eugenio Espejo ocupa tierras compradas a dos haciendas.

En 1998 decidieron constituirse en comunidad por cuanto para las cooperativas no hay mucha ayuda de los gobiernos locales y nacionales. La personería Jurídica obtuvo el 2005, el nombre de la comunidad lo puso en honor al historiador Eugenio Espejo, quien se había interesado en asuntos Indígenas.

Pijal

Antiguamente esta comunidad se llamaba cerro Avijo estaba ubicado en el páramo, ocupaban el ayllu Pijalqui; quienes llegaron de Tabacundo en la época de Eloy Alfaro. Su poder se consolido una vez que se unieron en Matrimonio los hijos del ayllu Picalqui y Cusin.

El líder del cerro Avijo fue Vicente Pijalqui, quien contrajo matrimonio con Jacoba Quilumbaqui del sector de la Chimba actual Pijal Y Mariscal Sucre, este líder lucho por las tierras y en contra de los abusos de la hacienda diciendo “ya nos quitaron el oro y la plata, no nos quiten las tierras”, por eso con orden del gobierno fue asesinado incluso quitado el apellido a la familia dejando solo como Pijal. Luego de su muerte en honor a este líder decidieron cambiar el nombre del sector Cerro Avijo a PIJAL, así como también se extendieron a las tierras bajas.